Actividad
11 conclusión “procedimientos formativos para el desarrollo de las habilidades
socioemocionales”
Las habilidades sociales son
consideradas herramientas fundamentales a la hora de resolver conflictos. En
ocasiones, pueden determinar diferentes resultados en los enfrentamientos con
las distintas problemáticas que nos ofrece el transcurso de la vida. Cuantas
más habilidades sociales posee una persona, mayor es la posibilidad de resolver
de una manera más positiva y enriquecedora los conflictos que se nos presentan.
Las habilidades sociales son consideradas herramientas fundamentales a la hora
de resolver conflictos. En ocasiones, pueden determinar diferentes resultados
en los enfrentamientos con las distintas problemáticas que nos ofrece el
transcurso de la vida. Cuantas más habilidades sociales posee una persona,
mayor es la posibilidad de resolver de una manera más positiva y enriquecedora
los conflictos que se nos presentan.
Es por ello que nosotros como
docentes debemos tomar en cuenta estas habilidades y el cómo se van para
desarrollar para poder intervenir en la ayuda de esa adquisición para la mejora
de su aprendizaje y convivencia.
Así, como indica Inés Monjas (1992),
es posible distinguir cuatro mecanismos de aprendizaje principales.
·
“El aprendizaje por experiencia”: La habilidad social que manifiesta una
persona en un momento determinado, está relacionado con experiencias anteriores
en una situación similar. Los niños, en sus interacciones con sus iguales y con
los adultos, reciben refuerzos positivos o parte del entorno, y de este modo
van incluyendo en su repertorio de habilidades y poniendo en práctica aquellas
conductas sociales con las que obtienen consecuencias positivas.
·
“El aprendizaje por modelado”: se aprenden
principalmente a través de la observación e imitación de otras personas. A lo
largo de la vida, las personas estamos expuestas a diferentes modelos gracias a
los cuales adquirimos determinadas conductas sociales (verbales y no verbales)
o inhibimos otras.
·
“Educación directa”: Aparece mediante instrucciones verbales informales o
sistemáticas de los otros aprendemos a llevar a cabo determinadas habilidades
sociales y a reconocer conductas inadecuadas.
·
“Feedback de otras personas”: Las personas de nuestro alrededor nos aportan
información sobre nuestras conductas. En las interacciones sociales
manifestamos, directa o indirectamente, nuestra consideración del
comportamiento de la otra persona. Esto favorece la aparición de habilidades
sociales que ayudan a controlar la conducta, a cambiarla en función del
contenido de la información proporcionada.
De acuerdo al autor Mario Sanz
(2003) existen cuatro eslabones:
·
“La familia”. Además, en relación a la teoría del desarrollo moral (Durkheim,
1973), “las experiencias familiares tempranas son la base para el posterior
desarrollo social, las experiencias con los iguales en la escuela son las que
conducen a desarrollar una identidad social bien definida”. · La incorporación del
niño/a al sistema escolar permite y prácticamente obliga a desarrollar
habilidades sociales de carácter complejo. Todo esto ocurre porque El niño/a
debe adaptarse a distintas realidades sociales, con nuevas reglas y distintos
tipos de relaciones.
·Mario
Sanz destaca la relación con el grupo específicamente en la relación con los
pares que siendo una parte significativa del contexto escolar representa otro
agente importante de socialización en el niño/a. La conducta social del niño/a
se desarrolla basada en la interacción con sus iguales. De este modo, se
aprenden normas sociales para diferenciar entre unos comportamientos más
adecuados u otros más inadecuados. En relación a esto Piaget (1965) afirma que
“las interacciones con los iguales son necesarias para el adecuado desarrollo
social y cognitivo”.
·
“La
amistad”. El sentimiento de pertenencia o desarraigo de un grupo de pares
paralelo a las fronteras familiares, ayuda a desarrollar una identidad personal
pero no alejada de los patrones de conducta del círculo más cercano.
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